Actualmente en los países desarrollados nos enfrentamos como sociedad a problemas de salud en gran parte derivados de nuestro estilo de vida. Y, aunque de forma automática, podamos pensar en el sedentarismo, el sobrepeso, el alcohol o el tabaquismo, también hay quienes, a pesar de hacer ejercicio, comer sano o dormir las horas necesarias, pueden padecer las consecuencias de la contaminación o el ruido. Cada vez con más frecuencia, además, el estrés laboral se convierte en crónico y desemboca en cuadros de ansiedad y depresión. No olvidemos tampoco los problemas mentales que afectan a otra parte importante de la población o la sensación de soledad, que para muchos se ha visto acrecentada durante la pandemia. De ahí la importancia de promover una cultura del bienestar.
Beneficios de la prevención para todas las partes
Por suerte, cada vez se habla más de todo ello y se está perdiendo la vergüenza a visibilizarlo y a pedir ayuda. Se le empieza a conceder la importancia que tiene.
Buena parte de las patologías que provocan más morbilidad y mortalidad tienen relación con los hábitos y costumbres. De ahí la importancia de promover una cultura preventiva, que contribuya a mejorar la esperanza y calidad de vida. Resulta fundamental ya no solo para nuestro bienestar sino de cara a la sostenibilidad del sistema sanitario (pensemos en el coste de las enfermedades crónicas en nuestro país).
Impulso a la digitalización e innovación en sanidad
El problema es que los cambios culturales o de hábitos, que eliminan factores de riesgo, suelen costar bastante. Además de la voluntad de cada persona, es fundamental el acompañamiento y la implicación de otros actores determinantes. A la familia y el Estado se suman también cada vez más empresas que están poniendo en primer término una cultura del bienestar. Su papel es clave porque tienen una enorme capacidad de influir en sus trabajadores con políticas, programas o servicios que fomenten ese cambio de costumbres.
Las empresas que cuidan a su empleados, las favoritas
Esto a su vez, mejora la satisfacción y motivación, así como el rendimiento de los empleados. Incluso se empieza a ver en el mercado laboral como un factor determinante que ayuda a retener y atraer el talento.
El COVID-19 ha traído consigo cambios profundos que, a su vez, han provocado una transformación en nuestra forma de pensar, relacionarnos y hacer las cosas. Dicen los expertos que la digitalización se ha acelerado al menos un lustro y tenemos un buen ejemplo en el impulso que ha experimentado la telemedicina y la eSalud en general.
Movistar Salud Empresas: una apuesta clara por la telemedicina
Hace tiempo ya que escribíamos por primera vez en este blog del empoderamiento del paciente o un “paciente emergente” y ahora más que nunca somos conscientes de que la salud depende en gran medida de la responsabilidad de cada uno sobre su estilo de vida. Y también las empresas se suman, con ayuda de las nuevas tecnologías y soluciones de salud digital, a esta cultura preventiva del bienestar, que representa beneficios para todas las partes.
Telefónica Empresas, con Movistar Salud Empresas, pone a disposición de las organizaciones una solución para avanzar hacia la cultura del bienestar y la salud de sus equipos de trabajo, con la tecnología como aliada. La digitalización también es el camino para que las empresas cuiden de su mayor activo: las personas que las conforman.
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