Hace ya dos años que escribí el post “Encontrar talento también implica tenerlo”. Sin duda, atraerlo, promoverlo y fidelizarlo es el desafío del momento. Y lograrlo no es cuestión de suerte ni ocurre por arte de magia. Liderar el talento requiere una serie de habilidades clave.
El talento exige un buen sueldo, sí, pero debe ir acompañado de muchas otras cosas: retos motivadores, buen ambiente de trabajo y experiencia de empleado y una determinada cultura corporativa que apueste por la innovación y tolere el error. También que haya más talento en la organización hace efecto llamada porque se retroalimenta. Y, además, claro está, requiere un determinado perfil de líder, que tenga un conocimiento profundo de la naturaleza humana.
El respeto y la admiración no se consiguen por una cuestión jerárquica. La gente con talento quiere trabajar con líderes que sean buenos profesionales y tengan habilidades blandas. Entre otras cosas, deben “dar alas” a ese talento, promoverlo, ser ejemplarizantes, ilusionantes… En la infografía inferior se recoge, a modo de mandamientos bíblicos, un decálogo para liderar el talento.
Pero es un poco como la pescadilla que se muerde la cola… Las empresas necesitan el talento para transformarse y ser mejores pero en muchos casos tendrán que acometer cambios organizativos, en la selección, en políticas de formación y desarrollo profesional, en la manera de aproximarse a los clientes, etc. para conseguir ser atractivas para estos perfiles. Si no se da el entorno óptimo, además, puede resultar tan triste como ver morir a un pez en un acuario.
Imagen: Issac Villanueva
Infografía: Fernando Rodríguez Cabello
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